Durante la etapa más revolucionaria y radical de la revolución francesa (El Régimen del Terror), los jacobinos decidieron cortar no solo cabezas, sino también con cualquier cosa que tuviese que ver con el Antiguo Régimen. Hicieron desaparecer las fiestas más importantes como la Navidad y a cambio pusieron otras como el Día de la opinión o de la libertad; sin embargo, eso no fue, ni siquiera lo más radical que hicieron, ya que hasta cambiaron el calendario gregoriano (el nuestro) por otro, al que le dieron un nuevo comienzo y unos nuevos nombres acordes con el campo y las tareas que en él se desarrollan.
Así, y de acuerdo con este calendario revolucionario, cualquier persona como yo nacida en junio, seríamos del mes Mesidor (en el mes de las cosechas). ¿De qué mes seriáis vosotros?. La verdad, es que a la mayoría de las personas no les debió hacer ninguna gracia aprenderse los nuevos meses del año, como tampoco les hizo nada de gracia que les prohibieran el culto religioso. Estas razones unidas con el sinfín de muertes provocadas por Robespierre y el Comité de Salud Pública provocó la caída de los jacobinos.
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