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La fundación de Roma tuvo lugar en el año 753 a. C., cuando algunas tribus latinas se instalaron en las siete colinas cercanas a la desembocadura del río Tíber.
El lugar elegido era idóneo para la defensa, gracias a la protección del río y de las colinas, y muy apropiado para el comercio fluvial y terrestre, dado que se encontraba en una encrucijada de las rutas de comunicación norte-sur y este-oeste.
LA FUNDACIÓN DE ROMA: LA LEYENDA
Existía en la zona de la actual Roma un rey llamado Numitor, descendiente de Eneas, un héroe de la guerra de Troya.
Numitor era un buen rey, pero su hermano Amulio, celoso de su poder, se rebeló contra él y le arrebató el trono y la vida. Este rey tan malvado también terminó con la vida de los dos hijos varones de Numitor, pero no con la de su bella sobrina Rea Silvia. A ella la mandó al servicio de la diosa Vesta (diosa del hogar), por lo que debería permanecer virgen eternamente.
De camino al templo de Vesta donde debería de pasar el resto de sus días encerrada, Rea Silvia paró a descansar a la orilla del río Tíber. Estando allí dormida pasó el dios de la guerra Marte, un dios muy mujeriego, que enseguida se quedó prendado de Rea y la dejó embarazada. Rea, de la unión con Marte, concibió dos hermosos varones; sin embargo, asustada porque podían matarla si se descubría que ya no era virgen, intentó salvar su vida, tirando a sus dos hijos por el río Tíber.
Estos dos niños se salvaron cuando su cuna, arrastrada por la corriente del río Tíber, fue recogida por una loba, quien los amamantó siendo bebes. Tiempo después, un pobre pastor, llamado Faústulo, recogió a los dos niños y los crió como si fueran sus hijos: Rómulo y Remo.
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Rómulo y Remo crecieron fuertes y alegres, sin saber nada de su historia hasta que ya, de jóvenes, averiguaron la triste historia de su familia. Juntos, Rómulo y Remo, reunieron a un ejército y derrocaron a su tío-abuelo, el rey Amulio.
Años más tarde, los gemelos fundaron una nueva ciudad, a orillas del río Tíber, en el lugar exacto en el que fueron rescatados por la loba.
Se dice que Rómulo mató a su hermano Remo en una pelea por no respetar las normas de acceso a la ciudad. Entonces, Rómulo se nombró así mismo rey y la nueva ciudad pasó a llamarse Roma.