El siguiente vídeo-documental pertenece a la investigadora norteamericana Annie Leonard que ha estudiado todo el recorrido que tienen los objetos que consumimos a diario.
Este documental (nacido para la web) debéis verlo muy despacio, parando de vez en cuando para asimilar lo que nos dice Annie. Además, la versión original está en inglés, y la nuestra está doblada por un equipo argentino, por lo que os puede resultar más complicado de entender. Al final de este post os dejo una serie de reflexiones y aclaraciones que os pueden ayudar a comprender mejor La historia de las cosas.
Vídeo subido a la red por elagoravideos ; la versión original la podéis encontrar en: http://www.storyofstuff.com/
ACLARACIONES Y REFLEXIONES
Planeta finito.- Annie dice que vivimos en un planeta que tiene unos recursos limitados (el agua, los bosques, los minerales, las fuentes de energía...se pueden acabar u agotar). Sin embargo, el sistema productivo capitalista en el que vivimos se dedica a producir sin límite, sin tener en cuenta que podemos quedarnos sin estos recursos naturales.
Otra reflexión muy importante que se hace en el vídeo es que "usamos o consumimos mucho más de lo que necesitamos". ¿Es esto cierto? ¿Crees que no? ¿Cuánta ropa hay en tu armario que no te has puesto más que una vez? ¿Cuántas cosas tienes acumuladas en tu casa para "por si acaso algún día"? ¿De verdad que habrá "algún día"? ¿Eres de los que piensan "basta con que lo tire o lo dé para que lo necesite"?. Ummm.... ¡¡qué curioso!! - Quizás es que acumulamos o nos creamos necesidades más que innecesarias.
¿Sabes lo qué es la flecha dorada del consumo?. Es el paso más importante de la cadena de la economía de los materiales. Es más importante incluso que la producción. Es el paso por el cual nosotros sentimos el deber o la NECESIDAD de comprar u obtener un producto (porque es super-mega-necesario para nosotros). De hecho, en el vídeo se dice que nuestro valor se mide por la cantidad de productos que consumimos. ¿Será eso cierto? ¿Quién tiene más éxito social en las películas y en la televisión: las personas que viven en casas normales y conducen coches normales, o las personas que viven en casas con cocinas que brillan y que son más grandes que tu casa y la de tu vecino juntas y conducen un coche mega rápido y super distinguido? ¿Qué te gusta más: llevar el chándal Adidas que está de moda o el chándal heredado de tus hermanos o primos mayores?
OBSOLESCENCIA PLANIFICADA (o programada).- ¿Sabías que el 99% de las cosas que compres hoy en el supermercado se van a convertir en basura en los próximos 6 meses?. ¿Imposible? ¡¡No!! ¿Por qué? Porque las empresas diseñan productos para que dejen de funcionar o no sean modernos mucho antes, y todo para que te deshagas de ellos, los tires y vuelvas a comprar otros cuanto antes. ¿No os lo podéis creer? Preguntad a un adulto cuánto le duraban antes unos pantalones vaqueros: ¿más o menos tiempo? ¿Por qué se cambia tanto la moda de un año a otro? ¿Por qué el año pasado se llevaban los pantalones piratas y hoy se llevan los pitillos? La respuesta es sencilla, porque las empresas necesitan vender y vender cada año y si no varían los gustos y productos no tendrían beneficios.
OBSOLESCENCIA PERCIBIDA.- Mediante una serie de estrategias publicitarias nos convencen de que ya NO QUEREMOS COSAS QUE AÚN NOS SON ÚTILES. Para ello cambian la imagen del producto (las funciones siguen siendo las mismas que el que tú tienes, pero te convencen de que no). Nos obligan a desear otros productos mucho más modernos que nos van a servir para lo mismo que el que tenemos ya (aunque no se haya estropeado). ¿A ti no te pasa? ¡¡Claro!! ¿Por qué la gente cambia tanto de móvil? ¿Acaso la nueva Blackberry chachi guay va a mejorar tus conversaciones? ¿Te hará tener nuevos amigos? ¿utilizando este nuevo móvil tus conversaciones serán más profundas y filosóficas? ¿mejorará realmente tu vida si consigues dejar tu viejo móvil con cámara 3 píxeles por otro con 3,54 píxeles? ¿En qué?
A estos cambios de productos (que no de consumo) accedemos gracias a la PUBLICIDAD. La publicidad aparece continuamente en la televisión. Es maravillosa: se encarga de recordarnos lo horrible que es nuestra piel, lo que se encrespa nuestro pelo, lo gordos o flacos que somos, que no tenemos pechos grandes, que no somos lo suficientemente altos o cachas, que nuestra casa es una porquería, que nuestro coche es un tartana con cuatro ruedas (que ni siquiera son Pirelli's), que nuestras madres no son las super-mujeres, super bien peinadas y maquilladas, con una sonrisa "profiden" que nos reciben en una casa con jardín zen y piscina climatizada con un kinder joy y un pollo al chilindrón de "chuparse los dedos".
La publicidad nos marca lo que tenemos que desear, lo que debemos de "querer", nos dice que es deseable y lo que no. Además, tal y como dice Annie "vemos más publicidad en un día que hace 50 años en una vida entera" ¿No os parece impresionante? La publicidad ha conseguido que en las sociedades desarrolladas tengamos más cosas que nunca, pero que seamos más infelices que nunca. ¿Por qué? Porque rara vez conseguimos todo lo que tenemos que tener para ser tan felices como en los anuncios. Siempre hay algo nuevo que no tienes que no te dejará ser completamente feliz. Es ridículo... cuanto más tienes, más quieres. Cuanto más quieres, más esfuerzos y sufrimientos debes de hacer para obtenerlo. Más trabajo, menos amigos y familia. ¿Es eso lo que queremos realmente?
Para finalizar, todos los productos que podemos consumir, llegan a nuestras manos, pero antes y después de pasar su tiempo con nosotros han dejado una huella imborrable allá por donde han ido pasando. El consumo desmesurado de productos produce un impacto ecológico que va a terminar con nuestro planeta, con todos nuestros recursos a cambio de los diez primeros minutos de euforia por la compra que has hecho.
Por ejemplo, cada vez que compramos un móvil (aproximadamente 30 € si cambias de compañía y te lo haces de contrato) debemos de ser conscientes que en muchos países como en la República Democrática del Congo, Ruanda y Uganda, miles de niños son reclutados a la fuerza, apartados de sus familias y de una educación, para que recolecten coltán (un mineral utilizado para que las baterías de nuestros móviles pesen poco y nuestras pantallas tengan más definición). Además esos móviles, al ser fabricados, expulsan muchos gases tóxicos a la atmósfera, por no contar la gran cantidad de petróleo que se consume en su proceso de transporte. Si sumáramos el precio real de pagar un salario digno a los extractores de coltán, el salario digno de los obreros de las fábricas de montaje, la tasa medio ambiental que conlleva realizar un producto así y lo que cuesta su transporte, así como el beneficio de empresas y trabajadores, resultaría que ese móvil ya no nos costaría 30€, sino 3000€ y a lo mejor nos pensaríamos mucho más el cambiar la Blackberry simply&normal por la Blackberry flipa&flota
Una vez visto y explicado este vídeo: ¿Qué propone Annie Leonard? Pues propone un cambio en nuestra manera de consumir. Si queremos conservar nuestro planeta y asegurar nuestra supervivencia debemos de abandonar el sistema en el que vivimos, que es creado por empresas y gobiernos para generar un nivel económico más alto, pero sin tener en cuenta al medio ambiente y a otras sociedades. Debemos de ser conscientes de que el sistema consumista en el que vivimos es creado, no natural, por lo que nosotros podemos y debemos crear un sistema de relación con los objetos totalmente nuevo: EL MODELO DE DESARROLLO SOSTENIBLE.
Mucha gente ya vive de acuerdo con este modelo. Al principio nos costará bastante alejarnos de los hábitos consumistas que tenemos, pero paulatinamente debemos de aprender a consumir menos, desechar menos basuras (exige que en tu pueblo o ciudad se cumplan las 3R -reduce, recicla y reutiliza-), reduce el nivel de bricks en tu nevera, intenta no utilizar el papel de aluminio (hazte con bolsas de tela para el bocadillo del recreo), etc..
Annie dice que frente a lo que pueden decir gobiernos y empresas: sí que podemos crear un modelo de consumo nuevo. Debemos de pasar del homo consumidor al homo responsable
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